ASPECTOS MORALES Y ESPIRITUALES DE LOS CINCO SENTIDOS
El número 5 es de especial importancia para el grado de C∴ M∴. Es el grado de los cinco viajes, las cinco gradas, la estrella de cinco puntas o pentagrama. Está representado en la marcha, el signo y la batería del grado, los cinco tatvas (Éter, aire, fuego, agua y tierra), los cinco sentidos y la edad del C∴ M∴, entre otros temas de importancia, para estudiar, profundizar, meditar y reflexionar en nuestro camino hacia la construcción y perfeccionamiento de nuestro templo interior.
En la presente pl∴ me referiré a la importancia de los cinco sentidos relacionando su aplicación desde una perspectiva exotérica y esotérica.
Hay una estrecha relación entre nuestro cuerpo y nuestro mundo exterior, y los sentidos se convierten simultáneamente en el puente y reflejo de estos mundos.
Iniciando con el sentido de la visión, es conveniente en estos momentos recordar, que lo exterior es un reflejo de lo interior. Físicamente, este sentido que nos permite interpretar nuestro entorno, gracias a los rayos de luz que penetran en el ojo. En este caso, es la retina la que recibe las impresiones luminosas y las transmite al cerebro por las vías ópticas. Según la cantidad de luz, podemos ver en mayor o en menor medida a nuestro alrededor; sin embargo, tanto el exceso o la deficiencia de la misma, generará en una visión deficiente, pobre o limitada, que nos confunde, en algunos casos nos atemoriza y nos conduce a una errada o equivocada interpretación de la realidad. De la misma manera sucede en nuestro interior, ya que existe una estrecha relación entre lo que vemos y lo que somos. La cantidad y calidad de Luz o conocimiento acumulado, determinará nuestra forma particular de ver y reflejar las cosas, definiendo con ello nuestro nivel actual de desarrollo como seres en los niveles terrenal, espiritual y divino.
Gnoti Seuton o conocernos a nosotros mismos, es el primer paso para identificar si vemos el mundo con excesos, con fanatismos, pasiones excesivas, en extrema rigidez o en extrema flexibilidad; sin el correcto balance entre lo masculino y lo femenino. Tal como lo afirma la física cuántica, la belleza se observa en el ojo del observador, en el reflejo de su realidad y en su perspectiva de lo ilusorio.
El sentido de la audición, consiste esencialmente en la transformación de ondas en impulsos eléctricos, que los nervios acústicos transmiten a nuestro cerebro para la asignación de significados. El oído nos permite entonces conocer a través de voces y sonidos un entorno, y posee el poder de activar pensamientos, emociones, palabras y en acciones. Este es el poder del verbo, que nos conduce y nos puede dominar a través de este sentido. No en vano debemos esforzarnos en controlar las palabras que permitimos ingresar a nuestro templo interior a través de este sentido, ya que, en algunos casos, podrían tener el poder de causar serias perturbaciones cuando somos dominados por el ego y las emociones. Este “filtro”, lo podemos lograr haciendo la analogía con la presencia efectiva de nuestro Guarda Templo Exterior de la Log∴, quién cubre el templo de la indiscreción profana. Al no permitir el dominio del ego, se logra también escuchar con mejor resolución nuestra voz interior o guía, la cual proviene de nuestro Espíritu, de la parte más elevada de nuestro ser.
El tacto, el gusto y el olfato, son los sentidos que están más ligados a las emociones y los sentimientos. El tacto nos permite identificar asperezas, imperfecciones de la piedra bruta o semi-labrada. En un sentido tanto moral como material debe estar muy bien desarrollado para garantizar la calidad y resultados de nuestros trabajos o de circunstancias cotidianas. Nos permite comportarnos como verdaderos compañeros al buscar vibrar en una correcta simpatía con nuestros semejantes.
El gusto determina los sabores, requiere de un estado preliminar de preparación previo a la ingesta del alimento. Este tiempo de preparación previa, dedicado a la salivación y a la correcta masticación, es de gran importancia para la salud. En su aspecto moral y espiritual, se relaciona con lo que dejamos ingresar a nuestro interior, a los beneficios de la correcta selección del alimento y sabores propicios para adquirir conocimiento. De igual manera, determina el tiempo correcto de preparación previa a su ingestión, para finalmente lograr su total aprovechamiento y el mejor gusto espiritual.
El olfato es el sentido encargado de detectar y procesar los olores. Con este sentido podemos evaluar el nivel de pureza del aire de nuestro entorno, advirtiéndonos de substancias tóxicas en el ambiente con lo cual decidimos tomar precauciones. Podemos en el sentido moral y espiritual por medio de nuestro olfato mental, detectar vicio o virtud, salud o enfermedad, bondad o maldad, así como serenidad o inquietud entre otras dualidades, ya que cada pensamiento o actitud de la mente, tiene su propio aroma.
Los cinco sentidos nos revelan el mundo exterior y tienen una clara analogía en su aspecto moral y espiritual. Sin embargo, es prudente hacerse las preguntas de Oswald Wirth en su libro “El Libro del Compañero”:
· ¿Hasta qué punto revelan la realidad?
· ¿Donde inicia y donde termina la ilusión de los sentidos?
Solo las mentes virtuosas, con el valor de autoevaluarse, criticarse y modelarse a sí mismas, deseosas de encontrar la Luz, tendrán derecho a ella.
Es mi palabra V∴M∴ QQ∴ HH∴ TT∴,
Recibid mi T∴A∴F∴
R. A. Ch. C.
C∴ M∴